sábado, 8 de febrero de 2014

     Su cabeza está llena de pensamientos, quizá demasiados. Pero al intentar describirlos, al intentar averiguar qué es lo que de verdad le pasa, todos se mezclan y le confunden. Se siente perdida, cansada de intentar sacar algo en claro. Sólo sabe que más cosas van entrando en su cabeza, haciendo más grande ese gran demonio que la mata día si y día también. Sabe que eso es su ruina, y que es lo que poco a poco hace que pierda las esperanzas. Pero ella quiere seguir intentándolo, aunque a veces diga que no, siempre que escribe historias, son de suicidio, dolor, ansiedad, pero siempre al final hay alguien que salva al protagonista. Aunque ella no cree en salvadores, no ve el cómo alguien podría ayudarle, no sabe qué es lo que le hace falta, no ve su vida yendo a mejor, y no puede más con ello. 



     Y ahí está ella un día más, después de mil peleas, con los demás y consigo misma, escuchando esas canciones que tanto le describen, perdida en su habitación, en sí misma.

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