domingo, 14 de octubre de 2012

¿Coincidencia o destino?

Viernes, 17 de Septiembre del 2009.
Querido diario, estoy en clase aburrida y en lo único que pienso es en esta tarde. He quedado con mis amigas para ir al cine. Hace tanto tiempo que no hacemos algo sencillo y divertido juntas, desde lo de mi ex..
Tengo muchas ganas de ver esa película porque es algo así como nuestra historia. Pero tenemos que darnos prisa porque es el último día que está en taquilla, y es la última sesión que hay.

Suena el timbre, guardo el diario y salgo de clase corriendo más que en educación física. Subo al coche de mi padre, que me saluda con una sonrisa, y, después de contestarle a su típico "¿Qué tal las clases?" con mi "Como siempre", le pido que arranque rápido porque tengo prisa. Si, en media hora he quedado con mis chicas delante del cine.
Pone el coche en marcha, y durante el trayecto, que se me hace eterno, me pongo a pensar en lo que me voy  a poner mientras veo los coches y paisajes pasar. El coche se para en un semáforo. Un "mierda" se me escapa, este es el semáforo que más tarda en cambiar, "menuda suerte tengo hoy...".
Para no ponerme nerviosa, me pongo a mirar a la gente de los coches de los lados, cuando, de repente, se para una moto justo al lado de mi ventanilla. La conduce un chico, del cual me llama la atención su camiseda de "Obey", la amo.
El chico se levanta la visera y me mira. No puedo evitar mirar el brillo de sus ojos, me transmiten tranquilidad, como si le conociera de antes. No quiero dejar de mirarlos...
Pero el semáforo se pone verde, se escuchan cláxons, él se baja la visera aún aturdido y se va. Yo sigo como en shock,  esa mirada tenía algo...
"Menudas tonterías pienso" me digo a mí misma, y sigo tarareando la canción que suena en la radio.
Llego a casa, mi madre me pregunta que si vot a merendar algo, a lo que le respondo que no porque quiero comer palomitas y tal.
Subo corriendo a cambiarme y arreglarme, y diez minutos después llama mi mejor amiga al timbre, "buff justo a tiempo" suspiro.
Bajo corriendo, cojo algo de dinero, me pongo las llaves en el bolso y salgo de casa. La tonta me pregunta que porqué me he arreglado tanto, a lo que le respondo con un "¿Desde cuando unos vaqueros y una camiseta cualquiera es arreglarse?". Ambas reímos, dos besos y nos ponemos a andar, que parece más bien correr, hacia el cine, que está a dos manzanas de mi casa.
Llegamos en dos minutos, ya estaban todas allí. Saludamos y nos dicen que la película es a las 17:35, miro el reloj y... ¡LAS 17:34! Entramos corriendo y le pedimos a la chica las entradas, pero ya se han acabado. "Joder" decimos todas a la vez.  Nos entra el bajón, pero la chica, para intentar animarnos, nos da unos tickets para bebida y palomitas gratis, y nos recomienda una película que dice que es la que más le ha gustado de la cartelera que hay ahora. Compramos las entradas para esa película y vamos a por la comida, ya más tranquilas porque esta no empieza hasta las 17:50. Mientras ellas están comprando, yo voy al baño porque con las prisas no me ha dado tiempo de ir en mi casa. 
De camino al baño, se me engancha la zapatilla en un gancho de un sofá, tropiezo y me caigo. "¡¿Pero por qué tengo tan mala suerte hoy?!" pienso. Me levanto y veo que la zapatilla se me ha roto. "Mierda, con lo que me gustaban..." digo para mí. Después de intentar disimular el agujero, sigo hacia el baño.
Entro y veo el cartel de "Cuidado, acabado de fregar", así que decido pasar por un lado porque seguro que acabo en el suelo otra vez. 
Antes de salir del baño, voy a sacar el peine que siempre llevo en el bolso para hacerme un poco el pelo, ya que con la caída se me ha quedado pelo de leona, pero no está. "¡Que asco!" digo en voz baja. Pero bueno, tampoco me va a ver mucha gente, la sala estará oscura...
Abro la puerta del baño, y cuando salgo ¡PUM! Me choco con alguien y me caigo al suelo. "¡¿Otra vez?! grito sin querer, "perdona, no te había visto" me dice el chico, y cuando levanto la mirada para decirle que no era por él, veo esa camiseta de "Obey", esos ojos con ese brillo tan especial... El mundo se acaba de parar para mi.
Se levanta sin dejar de mirarme a los ojos, y me ofrece su mano como ayuda para levantarme. Un "gracias" bajito sale de mis labios, y él, sin sabes que decir, sigue mirándome a los ojos callado. "Esto es como la típica película americana" pienso, y se me escapa una pequeña risa. Él sonríe al verme reír, "¿Eres la del coche, no?", "Carla" respondo yo sin saber que decir. "Carlos" responde él. Y, sin saber el porqué, como si tuviéramos la necesidad de hacerlo, nos fundimos en un beso de los que nunca se olvidan, de los de película.

Sábado, 17 de Septiembre del 2014.
Querido diario, hace cinco años, hoy justo, conocí a la persona más especial de mi vida, y fue cuando me dí cuenta de que las casualidades no existen, de que todo existe por algo.

Ese día, después de nuestro primer beso, no nos salían las palabras, así que él saco su móvil y me escribió un "Eras tú a quien buscaba". Yo por entonces no lo entendía, pero ahora si, y además he descubierto que yo también le buscaba. Te lo explico.
Una noche de ese año, febrero creo que era, mi mejor amiga se quedó a dormir en mi casa, y entre las muchas cosas que hicimos, nos pusimos a mirar páginas por internet de ropa. Entramos en la que más me gustaba, y vi que habían puesto ropa nueva y modelos nuevos. Busqué mi camiseta favorita para ver si aún estaba ahí, y si que estaba, pero con un chico nuevo, era guapísimo y con los ojos color miel. Me acuerdo que le dije a mi amiga "Yo me casaría con él" y ella rió. Dejamos el tema ahí, pero lo más raro es que esa noche soñé con eso, una boda con él.
Entonces no le di importancia, era adolescente y era normal soñar cosas así.
En junio, de ese mismo año también, íbamos todo el grupo por el centro, y vimos un anuncio que se me quedó grabado. Era de un perfume, y en él salía como una chica se caía a los brazos de un chico con ¡mi camiseta favorta, la de Obey! Ella llevaba el pelo desecho y la zapatilla rota (que es lo que más me llamó la atención).
Pero es que la cosa no acaba ahí. Dos semanas antes del día en que le conocí, dejé a mi ahora ex-novio porque, a parte de que me estaba alejando de mis amigas y de que las cosas no iban bien, una cosa me animó a hacerlo. 
Estando esa misma tarde en que le dejé en mi habitación, estaba hablando por Messenger con una amiga contándole la situación, y me preguntó que si solo me hacía falta alguna señal para dejarle, a lo que le respondí que si. Dicho esto, mi madre entró  a mi habitación, y diciendo que me iba a coger algo de la calor, abrió la ventana. En ese momento, un papelito con un "Te esperaré, seas quien seas." entró en mi ventana. Puede que fuera una tontería, pero me lo tomé como la señal que necesitaba, y esa noche le dejé.

Pensarás que son todo coincidencias, pero es que él también me ha contado un montón de cosas como estas. A parte de decirme que ese papel era suyo, que la noche anterior había soñado en que lo hacía y que le llegaba a la chica de sus sueños, y que decidió hacerlo y tirarlo desde su  ventana aunque no fuera a pasar nada, también me ha dicho que él también vio el anuncio, y que esa fue su señal para olvidar a la que acababa de dejar de ser su novia minutos antes porque leyó el eslogan que era "La persona especial siempre aparece".

Hace dos días me pidió que me casara con él, y lo hizo con un vídeo precioso delante de ambas familias y nuestros amigos. Al final del vídeo había una foto en la que salía yo de pequeña en la playa cogida de la mano de un niño con un gorro a rayas azules. Me fijé bien, y miré los ojos de ese niño, esos ojos color miel que reconocería en cualquier sitio. Le busqué sorprendida, y él asintió. Volví a mirar a la pantalla y un "Todo empezó mucho antes de lo que imaginábamos" salió al lado de la imagen. Miré a mi madre, que con lágrimas en los ojos asintió también. Me levanté corriendo y susurrándole un "te amo" al oído le abracé, un abrazo que nunca podré olvidar.